Iniciamos este 2024 con retos sin resolver y que requieren de la atención de todos: la escasez de empleo, la crisis energética, las limitaciones económicas y la incertidumbre política están impidiendo que las familias hondureñas tengan mejores oportunidades para desarrollarse; por tanto, las decisiones que tomemos o dejemos de tomar definirán el futuro de nuestra nación.
Hemos izado la bandera negra como un emblema de profunda preocupación y compromiso hacia los hondureños que luchan por empleos y oportunidades dignas, representando la imperiosa necesidad de buscar soluciones urgentes, comenzando por establecer un diálogo. Este diálogo, esencialmente entre el sector privado, el gobierno y diversos actores sociales, se presenta como una piedra angular para forjar la senda hacia la prosperidad para todos los hondureños. En este contexto, la elaboración de políticas efectivas que aborden de manera precisa las necesidades reales de la población se erige como una prioridad inaplazable.
La falta de empleo es un drama para muchas familias hondureñas, es urgente encontrar soluciones. Nuestra propuesta, el Pacto por el Empleo, así como nuestra mano extendida, esperan respuestas.
Se precisa un esfuerzo conjunto: Gobierno, empresas, sociedad civil, academia y trabajadores unidos para propiciar un cambio y construir un futuro donde el progreso y la equidad sean la norma. En este camino, la creación de un marco político sólido y colaborativo es el camino hacia un futuro más promisorio y equitativo para nuestra amada Honduras.