Según el III Observatorio de la Sostenibilidad en Iberoamérica, elaborado por EAE Business School, CEIB y FIJE, y presentado en la sede de la Confederación Empresarial.
Las empresas e instituciones iberoamericanas apuestan por la RSC y ésta se afianza dentro de la estructura organizativa, ya que un 63,3% asegura tener un área específica en este ámbito, según refleja el III Observatorio de la Sostenibilidad en Iberoamérica, elaborado por EAE Business School -perteneciente a Planeta Formación y Universidades-, CEIB y FIJE, y presentado en la sede de CEOE. Inauguraron la jornada de presentación del informe el secretario general Iberoamericano, Andrés Allamand; el presidente de CEOE, Antonio Garamendi; el presidente de la Federación Iberoamericana de Jóvenes Empresarios-FIJE, Matías Fernández, y el decano de EAE Business School, Antonio Rodríguez.
Las empresas en su mayoría se comprometen con la RSC, aunque a nivel presupuestario ha habido un ligero retroceso en los últimos años. Un 11% tiene un presupuesto asignado de forma exclusiva a las acciones de RSC de más del 1% de sus ingresos, mientras que para un 38% esta partida se sitúa en menos de un 1% de la cifra de facturación. Indicador que muestra el recorrido de mejora a la hora de tener identificados y cuantificados costes, inversiones, retornos e impactos en esta área, como ya ocurre con otras áreas más asentadas en las empresas.
Ésta es una de las conclusiones de este estudio, en el que se han recogido opiniones de más de 770 instituciones y empresas de todos los sectores de 21 países de Iberoamérica, y que tiene como objetivo ofrecer una visión sobre la situación actual y las tendencias en materia de RSC en el entorno empresarial.
La consolidación de la RSC en la estructura organizativa es debido al incremento de obligaciones y regulaciones establecidas en torno a la RSC, además del potencial de impacto, por lo que se requieren perfiles especializados capaces de garantizar los resultados.
Por eso, 1 de cada 4 organizaciones (27,3%) posee un departamento dedicado en exclusiva a impulsar y liderar la RSC -proporción que aumenta a 1 de cada 2 en el caso de las grandes empresas-, aunque el 36,7% de las empresas reconoce que no tiene ningún área que se dedique a estas funciones. En las compañías situadas en América se observa un progreso frente al último informe, al mejorar 5 puntos porcentuales, aumentando a 1 de cada 4 las empresas que poseen un departamento dedicado en exclusiva a impulsar y liderar la RSC. El 84,6% de los encuestados considera que las empresas con un área específica para impulsar las acciones de RSC están mejor preparadas para enfrentar los futuros desafíos, 37% más que en el último informe.
El III Observatorio de la Sostenibilidad en Iberoamérica de EAE Business School, CEIB y FIJE revela que el área responsable de RSC de las empresas depende, en un 29,6 % de los casos de la Dirección General; en un 24,1%, de Presidencia o Accionista Mayoritario. Por ello, el estudio muestra la voluntad de los máximos responsables de las compañías por dinamizar y desarrollar la RSC en sus empresas, si bien apenas destinan recursos y presupuesto específico o exclusivo (o dedicado en exclusiva) para impulsar este compromiso.
Apuesta por la sostenibilidad
En la sesión de apertura del acto de presentación del III Observatorio de la Sostenibilidad en Iberoamérica el secretario general Iberoamericano, Andrés Allamand; el presidente de CEOE, Antonio Garamendi; el presidente de la Federación Iberoamericana de Jóvenes Empresarios-FIJE, Matías Fernández, y el decano de EAE Business School, Antonio Rodríguez, destacaron el firme compromiso de las instituciones y las empresas por seguir avanzando en el ámbito de la sostenibilidad y de la RSC en el espacio empresarial iberoamericano.
En este sentido, el presidente de CEOE, Antonio Garamendi, aseguró que el sector privado tiene un papel fundamental como acelerador de la sostenibilidad y de la RSC en Iberoamérica. Las empresas deben contribuir, y muchas de ellas ya lo hacen, al cumplimiento de los ODS trabajando estrechamente con los gobiernos, las instituciones y la sociedad civil para lograr un desarrollo sostenible e inclusivo. Por ello, “desde las organizaciones empresariales hemos adoptado el rol de situar a la sostenibilidad en el centro de nuestra agenda de trabajo y cómo punto de partida para integrarla en nuestra actividad, en esa clara labor de pedagogía que nos caracteriza”, subrayó.
Garamendi lanzó un mensaje claro: “necesitamos más empresas, que las pequeñas se conviertan en medianas, éstas en grandes, y fomentar las vocaciones empresariales. Nadie se puede quedar atrás”.Agradeció, además, las valiosas aportaciones desde el sector privado y sus instituciones más representativas a un debate tan importante, y que sirven también de punto de partida para el diálogo y la colaboración público-privada en el espacio empresarial iberoamericano.
“El informe revela que la RSC se está consolidando como un elemento central en las estrategias empresariales, superando la visión limitada de la RSC como donaciones a causas sociales”, destacó el secretario general Iberoamericano, Andrés Allamand. El principal objetivo empresarial, añadió, es contribuir a la sociedad generando riqueza y bienestar alineándose con los ODS más relevantes, como son el trabajo decente, el crecimiento económico y la acción por el clima.
No obstante, consideró Allamand, se requiere un mayor compromiso financiero para maximizar el impacto del sector privado en el desarrollo sostenible y la protección del medioambiente, especialmente en una región tan vulnerable a los efectos del cambio climático. La Secretaría General Iberoamericana reafirma su compromiso en impulsar el progreso hacia una prosperidad sostenible para todos los habitantes de la región y considera que las alianzas público-privadas son el instrumento más apropiado para lograrlo. Destacó además la necesidad de impulsar en la región un crecimiento políticamente inclusivo, socialmente viable y ambientalmente sustentable.
Desde FIJE, su presidente Matías Fernández, puso de relieve el incremento de las prácticas en materia de RSC y cómo éstas se aplican de manera transversal a las grandes empresas, pymes y mipymes, convirtiéndose además en eje central de las estrategias empresariales. “Los jóvenes empresarios contamos con una ventaja importante y es que nuestras empresas ya nacen con la sostenibilidad y la RSC como factores clave, somos por naturaleza sostenibles, responsables y pensamos nuestras compañías con propósito, y esto nos permite implementar las estrategias alineadas a los ODS de una manera más ágil”, indicó Fernández.
El presidente de FIJE apuntó también a la dificultad para los jóvenes en acceder a financiamiento, lo que implica que tienen que cooperar con los gobiernos, la comunidad empresarial, la sociedad civil y el sector académico para que todas las empresas puedan incorporar la RSC y lograr así el crecimiento que necesitan. “Estos foros y encuentros que organizamos desde CEIB y FIJE en el espacio empresarial iberoamericano, en estrecha colaboración con la Secretaría General Iberoamericana y con instituciones afines a la región, nos ofrecen la oportunidad de compartir e intercambiar procesos y mejores prácticas para seguir trabajando en la sostenibilidad”, concluyó.
Según Antonio Rodríguez, decano de EAE Business School, “el informe del III Observatorio de la Sostenibilidad en Iberoamérica es el estudio más ambicioso que tenemos en EAE. Ha ido aumentando año tras año recogiendo las opiniones de empresas tan relevantes como Murarte Global, Nauterra o Ilunion, entre otras, y viendo cómo la importancia de la sostenibilidad en las organizaciones está creciendo”. Además, señaló, este estudio señala que la empresa quiere estar presente en este informe de RSC de EAE, porque la actividad de EAE no se entiende sin las empresas y sin los profesionales que forman parte de ella.
RSC con un enfoque ASG
Esta tercera edición del Observatorio de la Sostenibilidad en Iberoamérica constata que la concepción de la RSC está fuertemente marcada por un enfoque medioambiental (47%) -aumentando un 17,5% frente al anterior informe-, la contribución a la sociedad (42%) y la ética (39%) de las empresas y asociaciones, destacando en más de 10 puntos porcentuales sobre el resto de conceptos. La investigación también destaca la priorización del buen gobierno, que pasa de la posición decimosegunda a la quinta. Lo que determina una mayor preocupación por desarrollar una gobernanza más transparente y responsable que dé respuesta a las demandas tanto legislativas como de los grupos de interés.
Si bien las iniciativas y políticas relacionadas con el buen gobierno y la sociedad son las que más se priorizan en su implantación frente a las relacionadas con cuestiones ambientales. Por citar un ejemplo, 3 de cada 4 empresas y asociaciones tienen implantados códigos de conducta –un aumento del 24,6% desde el informe anterior– mientras que solo 1 de cada 4 dispone de un objetivo de descarbonización. Hay que destacar que las empresas iberoamericanas localizadas en América han evolucionado en el establecimiento de códigos de conducta, que poseen el 77,5% de las empresas encuestadas, duplicando la cifra del anterior informe.
En cuanto a los grupos de interés, más de la mitad de las empresas e instituciones (53,6%) consideran que conocer y atender las expectativas de los stakeholders para ofrecer una propuesta de valor equilibrada es el objetivo principal de su estrategia de RSC, ascendiendo al 62% en el caso de las grandes compañías.
Por otro lado, las compañías que han participado en esta investigación coinciden casi por unanimidad (96,9%) en que, para consolidar la RSC, es necesario que permee de forma transversal en todas las áreas y 9 de cada 10 coinciden en que la RSC se consolidará como una forma natural de hacer negocios basada en la idea de valor compartido. De ahí que la Agenda 2030 y los ODS estén cada vez más presentes: el 39,4% de las empresas e instituciones las han incorporado en su gestión (un aumento del 9,8% frente a la anterior edición), un porcentaje que se eleva al 64,3% en el caso de las grandes empresas. Además, también es importante destacar que el 24,8% de los encuestados está en proceso de incorporación de estos objetivos y solo el 23,9% no lo ha integrado todavía. Cabe remarcar que el 68,5% de las asociaciones tienen integrada la Agenda 2030 y los ODS en su estrategia y gestión o están en proceso, frente al 62,4% de las empresas.
Compromiso que se acompaña con la integración de indicadores ASG (ambientales, sociales y de buen gobierno), donde un 17,6% de las organizaciones iberoamericanas ubicadas en Europa y el 29% de las ubicadas en América no tienen integrados indicadores ASG, porcentajes que suponen una mejora del 34% y 12% respectivamente, frente al informe anterior.
Desafíos de la RSC en la era de las ‘policrisis’
El III Observatorio de la Sostenibilidad en Iberoamérica también identifica los tres principales desafíos a los que se enfrentan las organizaciones iberoamericanas en los próximos tres años: el cambio climático (40,8%), la crisis económica (37,2%) y la ciberseguridad (36%).
En este sentido, la consecución de diversas crisis (pandemia, la Guerra de Ucrania, el conflicto en Gaza, el suministro de materias primas o la polarización social, entre otros factores), están influyendo en el desarrollo de la política de RSC de las organizaciones. Así, 4 de cada 5 organizaciones (80,5%) cree que la importancia de la RSC dentro de las compañías ha aumentado desde la crisis de la Covid-19, y un 84,6% considera que las empresas que cuentan con un área específica para impulsar acciones de RSC están mejor preparadas para enfrentar los desafíos, 37,3% más que en el último informe.
Para May López, la autora del estudio y directora del MBA Sustainability Management de EAE Business School, “nos enfrentamos a una serie de desafíos y corremos el riesgo de no abordar de manera coherente y coordinada esta policrisis que no deja de ser una crisis de sostenibilidad. Sin embargo, esta situación, más que un problema, representa una oportunidad para integrar de manera irreversible la RSC y las estrategias de sostenibilidad en todas las organizaciones, lo que contribuirá a la recuperación económica, social y ambiental demandada por los distintos grupos de interés. Necesitamos no solo superar la policrisis actual, sino también promover nuevos modelos regenerativos”.
Casos de éxito y buenas prácticas en RSC
Tras la presentación del informe, la autora del mismo, May López, moderó una mesa redonda, en la que la directora de Comunicación, Relaciones Institucionales y Sostenibilidad de CEOE, Carmen Alsina; la directora de Sostenibilidad y Comunicación de Nauterra, Mariví Sánchez; la directora de Ética, Sostenibilidad alianzas de Ilunion, Ana María López de San Román; y el CEO y fundador de Murarte Global, Diego Delgado, destacaron las acciones y buenas prácticas desde sus organizaciones y empresas en materia de sostenibilidad y RSC.
Para cerrar la jornada, el secretario permanente del Consejo de Empresarios Iberoamericanos-CEIB y director de Relaciones con Iberoamérica de CEOE, Narciso Casado, hizo especial hincapié en que el Observatorio es un claro ejemplo de la gran labor de seguimiento que se hace de los temas, que al final es lo que mejor sabemos hacer desde las organizaciones empresariales. En nuestro caso, puntualizó, es el “efecto de redes”, que hace posible que la encuesta llegue a todos los rincones y a un gran número de empresas en Iberoamérica. Y es que las 25 organizaciones empresariales iberoamericanas que forman CEIB y las 17 asociaciones de jóvenes empresarios de FIJE se han implicado una vez más en este proyecto, demostrando su compromiso con la sostenibilidad y la RSC.
A su vez, el secretario general de FIJE y vicepresidente de la Confederación Española de Asociaciones de Jóvenes Empresarios-CEAJE, Antonio Magraner, apostó en su intervención por la importancia del diálogo, la colaboración público-privada y el esfuerzo y trabajo conjunto para avanzar en el ámbito de la sostenibilidad. Intercambiar y compartir modelos de buenas prácticas siempre es importante para progresar y avanzar en el espacio empresarial iberoamericano. “Los jóvenes en la actualidad ya nacen siendo digitales, innovadores y por supuesto también sostenibles”, concluyó Magraner.