Por Felipe Buitrago
Recientemente tuve el privilegio de sumergirme física y emocionalmente en la calidez de una apacible tarde en la isla de Sint Maarten junto a mi amiga Clara Reyes, quien me llevó a conocer la galería de la artista local Ruby Bute, donde pude admirar su arte luminoso, inspirador y altamente aclamado. Los vivos colores de la obra de Ruby reflejan los paisajes insulares, la cordialidad de sus habitantes y la profundidad de su legado artístico.
Tal encuentro, fue una pequeña muestra de la esencia de Sint Maarten que pude experimentar de primera mano, mientras participaba en dos eventos de gran importancia política y académica para esta nación caribeña. El X Simposio anual del Gobernador me acogió como ponente principal para compartir junto al Gobernador, HE Ajamu Baly, mi experiencia en materia de políticas públicas para el desarrollo cultural, dirigido a los líderes económicos y políticos de Sint Maartin, para invitar a la reflexión sobre alternativas de diversificación al turismo de playa, brisa y mar. Por su parte, el VI Foro sobre Industrias Culturales y Creativas, me permitió compartir el escenario junto a la Primera Ministra, HE Silveria Jacobs, dirigiéndome a creadores, gestores y académicos locales para reflexionar sobre los retos del emprendimiento y de la apropiación de prácticas y herramientas para la sostenibilidad del quehacer creativo. Todas estas experiencias, naturalmente, me llevan a reflexionar sobre ese tesoro de la isla, a menudo olvidado, que es su Economía Naranja.
Las Joyas Ocultas de Sint Maarten
Con sus playas deslumbrantes y paisajes impresionantes, Sint Maarten ha sido durante mucho tiempo un destino turístico altamente atractivo, seduciendo a viajeros de todo el mundo con su vibrante cultura e historia. Sin embargo, al igual que las mágicas criaturas bioluminiscentes de la isla, que iluminan el mar en un espectáculo oculto a simple vista, hay un tesoro de creatividad e innovación bajo la superficie, esperando ser descubierto.
Las Industrias Culturales y Creativas (ICC), a menudo vistas como sutilezas económicas, en realidad constituyen la columna vertebral de la identidad cultural de Sint Maarten. Abarcan un amplio espectro que fusiona la creación, producción y comercialización de de expresiones culturales y contenidos creativos. Esta es la Economía Naranja local, que de manera similar a un delicado tapiz, entrelaza el talento y la habilidad creativa con el impulso al crecimiento económico, la creación de empleo y potencia de la expresión cultural.
Para Sint Maarten, ampliamente admirada por su deslumbrante belleza natural y rica biodiversidad, la Economía Naranja actúa como los arrecifes de coral que yacen bajo sus aguas turquesas. Ocultos a simple vista, estos arrecifes son un ecosistema propio, rebosante de innumerables formas de vida marina, colores y texturas. De manera similar, la Economía Naranja de Sint Maarten es un ecosistema vibrante, repleto de talento, ideas y una energía cultural tan variada y dinámica como los paisajes de la isla.
Al profundizar en este enérgico mundo, se descubre la riqueza y variedad de sus sectores. Sint Maarten cuenta con una próspera comunidad de artesanos que con meticulosidad crean piezas deslumbrantes a partir de materiales locales en el ámbito de las artes y oficios tradicionales. Estos van desde espléndidos disfraces de Carnaval que resuenan con el patrimonio cultural de la isla, hasta joyería hecha a mano que incorpora piedras autóctonas, reflejando el encanto natural del lugar.
El panorama artístico de Sint Maarten es una rica amalgama de diversos talentos. Artistas de distintos orígenes han hecho de la isla su hogar, cada uno aportando su toque único al tejido cultural insular. Sus producciones artísticas, exhibidas en innumerables galerías y exposiciones por toda la isla, narra la historia de Sint Maarten a través de diferentes medios y perspectivas. Estos artistas, con sus diversos estilos y narrativas, realzan colectivamente la Economía Naranja de Sint Maarten.
La música, esencial en la cultura isleña, contribuye significativamente a la Economía Naranja de Sint Maarten. Los ritmos cadenciosos de la música tumba tradicional, las notas melodiosas del calipso y las vibras enérgicas de la soca contribuyen al rico repertorio musical de la isla. Este sector brinda a los músicos locales una plataforma para mostrar su talento y estimula la economía local a través de festivales y conciertos, que jalonan el turismo cultural de todo el mundo. Estos tan solo son algunos de los estilos caribeños que configuran el paisaje sonoro de la isla en una mezcla vibrante, cada uno con una influencia cultural distinta.
A su vez, la danza también juega un papel crucial en la expresión cultural de Sint Maarten. La Danza Ponum -danza nacional- encapsula una narrativa profunda de la historia y espíritu de la isla. Originaria de la era de la esclavitud y con más de 150 años de historia, se describe como una danza de libertad, una expresión poderosa de liberación y resiliencia ante la adversidad. La Danza Ponum celebra la abolición de la esclavitud, simbolizando el viaje de la isla hacia la libertad y su continua búsqueda de liberación. Históricamente realizada bajo las rojas flores del árbol flamboyán, la danza sigue resonando con el patrimonio cultural de la isla y forma una faceta fascinante de la Economía Naranja de Sint Maarten.
Desatando el Poder de la Economía Naranja de la Isla
Dada la importancia de la Economía Naranja para Sint Maarten, es esencial aprovechar al máximo su potencial. Esto implica cultivar un ecosistema que nutra y promueva los variados talentos y habilidades de los creativos de la isla. Requiere un compromiso para apoyar los sectores existentes mientras se exploran nuevas vías de expresión creativa.
Como un vibrante centro cultural caribeño, Sint Maarten puede aprovechar el poder de las ICC para estimular la producción cultural, la innovación y el crecimiento económico. Su aprovechamiento implica la intersección de la cultura, los negocios y la tecnología; un marco clave para desarrollar la Economía Naranja son las siete ideas o «7 Ies»: información, instituciones, infraestructura, industria, integración, inclusión e inspiración.
Veamos cómo se podría adaptar este marco a la realidad de Sint Maarten:
- Información: mapear y documentar constantemente los talentos, habilidades y recursos existentes culturales y creativos. Se deben identificar y catalogar las ICC para entender su alcance y potencial, para tomar decisiones informadas que orienten la política pública del sector cultura.
- Instituciones: establecer organizaciones y entidades que apoyen y promuevan las ICC. Instituciones públicas, privadas o mixtas, que trabajen de manera articulada en formación, financiación, empoderamiento, acceso a mercados, y otras formas de apoyo para los artistas, creativos, gestores y emprendedores que quieren vivir del talento y el potencial cultural y creativo de la Isla.
- Infraestructura: expandir y fortalecer los espacios adecuados para la creación, exhibición y comercialización de trabajos creativos. Esto incluye talleres, galerías, teatros, y otros espacios que además fortalezcan los procesos de circulación, acceso y consumo cultural.
- Industria: promover la profesionalización de prácticas en las ICC, ayudando a los creativos a convertir sus pasiones en proyectos de vida sostenibles. Esto podría involucrar la creación de programas de formación empresarial específicos para el sector creativo, así como el establecimiento de uno o más clústeres creativos en lugares estratégicos de la Isla.
- Integración: fomentar la colaboración entre diferentes sectores creativos y otras industrias. Por ejemplo, la integración de arte y tecnología puede llevar a innovaciones sorprendentes en un turismo experiencial que agregue valor simbólico y sostenibilidad a la receta de playa, brisa y mar.
- Inclusión: garantizar que todas las voces y talentos sean reconocidos y valorados. Esto implica apoyar a los artistas y creativos de todos los orígenes y edades, entendiendo que es fundamental enriquecer el capital cultural a través de la práctica artística y cultural como parte de la construcción de sociedad. El beneficio es la regeneración, reparación y fortalecimiento del tejido social, el fortalecimiento de las comunidades esenciales para el funcionamiento de la sociedad y su economía.
- Inspiración: celebrar y promover las historias de éxito, así como un entorno que acepte y valore las enseñanzas de las experiencias de fracaso, fomentando así un ambiente donde los creativos, gestores y emprendedores de la Economía Naranja de la Isla se sientan inspirados y motivados para tomar riesgos, innovar y experimentar.
Proyección hacia el futuro
Gracias al constante acompañamiento y alegre guía de Clara, atestigüé lo mejor de Sint Maarten, desde su rico entorno natural, cultural, creativo hasta su maravillosa gente, historia y aspiraciones. De igual manera, Clara me abrió la puerta a comprender los retos para el desarrollo de Sint Maartin, desde los efectos acumulados de décadas de un desarrollo turístico de playa, brisa y mar, los impactos de la pandemia en las economías locales y retos ambientales que van desde especies invasoras hasta el cambio climático.
Con adecuada inversión, apoyo y visión, la Economía Naranja de la Isla puede brillar con mayor resplandor, iluminando el camino para otras naciones en la región, demostrando que la creatividad y cultura son mucho más que un simple color. Reconocer y valorar el poder económico y cultural de las ICC, permitirá trazar un camino de sostenibilidad ambiental, social y económico que celebre el pasado, interprete el presente e imagine un futuro mejor para Sint Maarten.